Economía informal y contabilidad nacional. Para una contribución de las cuentas nacionales a la medición de la economía informal
En muchos países, la economía informal tiene un peso significativo en la nacional. Algunos realizan buenas encuestas para conocerla, pero sin incorporar esta información en las cuentas nacionales, no hay forma de medir su peso en el producto interno bruto (PIB), lo que pocas veces se realiza. En la actualidad existe una convergencia entre las definiciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y los conceptos de las cuentas nacionales, ahora conviene, también, proponer metodologías apropiadas para realizar esta medición cruzada; elaborar una matriz de los empleos representa un paso esencial para alcanzarla. Realizar esta confrontación permite superar las zonas de sombra de la medición estadística y abre la puerta a la realización de una cuenta satélite de la economía informal. Palabras clave: economía informal, sector informal, cuentas nacionales, matriz empleos, economía no registrada. |
In a number of countries, informal economy has a key significance in the national economy. Some people carry out good surveys in order to know about it, but if this information is not incorporated into national accounts, there is no way to measure its weight in the Gross Domestic Product (GDP), something which is rarely done. There is currently a convergence between the International Labor Organization (ILO) definitions and the concepts used in the national accounts. So it is also advisable to propose adequate methodologies to carry out this cross-measurement; implementing a matrix for labor input is a significant step to attain this goal. Elaborating this comparison makes it possible to overcome the dark areas of statistic measurements and give way to the implementation of a satellite account on informal economy. Key words: informal economy, informal sector, national accounts, labor input matrix, unrecorded economy. |
Introducción
Gracias a las investigaciones de los estadísticos del trabajo (presentadas en el marco de dos de sus conferencias),1 el fenómeno de la informalidad ya está bien identificado y las encuestas destinadas a medirlo se han aplicado en muchos países. En paralelo, algunos compiladores de cuentas nacionales han desarrollado, desde hace mucho tiempo, métodos para evaluar las zonas de la economía poco o nada conocidas por las encuestas logrando, de este modo, una cierta medida de la informalidad. Esto no es sorprendente, porque tanto el sector informal como el empleo informal pertenecen a las áreas que pretenden medir las cuentas nacionales.
Sin embargo, la convergencia de los conceptos se ha desarrollado con lentitud: es sólo en fechas recientes cuando la última revisión del Sistema de Cuentas Nacionales (SCN) ha formalizado el papel que la economía informal ocupa en el marco central.2 Aún queda mucho trabajo por hacer para garantizar la convergencia de métodos que permitan su medición. Este documento desea contribuir al desarrollo de esta coincidencia.
En cuanto a la producción de estadísticas, las encuestas disponibles en la actualidad proporcionan información valiosa para el conocimiento de la informalidad, pero no pueden ofrecer datos sobre su participación relativa en la economía nacional. Por su parte, las cuentas nacionales no tienen las herramientas conceptuales que permitan una medición específica de esta informalidad. Si es cierto que medirla es de su responsabilidad, basta realizarlo dentro de la evaluación más global de las cuentas del sector institucional de los hogares.
Para las cuentas nacionales, la población total ocupada (sea formal o no) interviene en la creación de valor, medido por el PIB, que es la suma del valor agregado por todas las unidades de producción (de mercado o no) que participan en la economía nacional. Cuando la economía informal es poco importante, es comprensible que no se le preste especial atención en la evaluación de la economía nacional, pero son muchos los países donde esta economía representa una fracción más o menos significativa del PIB. Ignorar la especificidad de este segmento de la economía en sus trabajos, sin duda, daría lugar a una estimación aproximada de este agregado; no obstante, es necesario ser aún más exigente: cuando la informalidad es importante, se debe proponer una medición específica y detallada, no limitarse a un agregado global único.
Sin embargo, las clasificaciones que estructuran el marco central de las cuentas nacionales (detalladas en el manual que describe el SCN)3 no se refieren a este subconjunto de la economía. Por supuesto, la informalidad está necesariamente incluida, pero no figura como tal por pertenecer a un espacio socioeconómico considerado de menor prioridad por los contadores nacionales para organizar el marco central.
Por lo tanto, es necesario describir los modos en que la informalidad se inscribe dentro de ella, condición necesaria para situar su medición con referencia al resto de la economía. En relación con los conceptos y las definiciones propuestas por la OIT, se propone una presentación detallada de los lugares del marco central en que se describen los diversos aspectos de la economía informal.
Pero lo más importante es la medición real de la economía, ya sea formal o informal. A través de las investigaciones que se están produciendo, ahora es posible disponer de una medida estadística directa de la economía informal, a pesar de que la no observación estadística la afecta en particular. Este aporte es crucial para el desarrollo de las cuentas nacionales en los países donde juega un papel trascendente. También, es necesario que los métodos utilizados en su estimación tengan en cuenta los resultados de estas investigaciones.
En contraparte, una evaluación exhaustiva del estado económico de un país por los contadores nacionales está en condición de capturar esa parte de la economía informal que las estadísticas no son capaces de observar. Mediante este enfoque coherente de los fenómenos económicos se obtiene tanto una evaluación más completa de la informalidad como una representación de su lugar en la economía nacional.
Por supuesto, una medida homogénea (integrada) se limita, en primer lugar, a los campos seleccionados por el marco central, mientras que el análisis de la economía informal requiere la aplicación de otras variables. Sobre la base de esta evaluación macroeconómica es posible construir una cuenta de la informalidad compatible con otros agregados de la economía nacional. Eso es lo que el manual del SCN denomina cuenta satélite.4
1. La economía informal en las cuentas nacionales
1.1 Algunas características del actual SCN
Desde su creación a finales de la primera mitad del siglo XX, sobre la base de convenciones que diferían de un país a otro, las cuentas nacionales se han estructurado con gran rapidez en el marco de normas acordadas a nivel internacional. En 1993, una convergencia total ha sido por fin aceptada en todo el mundo gracias a un enfoque conjunto de los organismos internacionales y la mayoría de los países desarrollados. Este cuerpo de doctrina se recoge en lo que se llama SCN935, completado por una revisión que se aprobó en el 2008.
El corazón del Sistema se llama marco central, compuesto de un conjunto de conceptos y definiciones integrados en su totalidad, que proporciona una representación de toda la economía socialmente organizada en el marco de periodos anuales que, por su naturaleza, es vinculante. Sin embargo, las adaptaciones locales son posibles dependiendo de lo específico de cada economía nacional, a condición, sin embargo, de que no destruyan la consistencia requerida por el Sistema.
Pero la aplicación de este enfoque riguroso y sintético tiene como consecuencia el limitarse a aquellos elementos considerados esenciales para garantizar la cohesión, tanto para limitar su tamaño como para no imponer demasiadas restricciones en los países encargados de su implementación. Por lo tanto, no es sorprendente que el marco central, como tal, no tenga en cuenta la existencia de la economía informal.
Sin embargo, el SCN no limita su visión sólo al marco central, más bien se propone como referencia para todas las mediciones macroeconómicas, como las cuentas trimestrales o regionales; los conceptos y definiciones que utiliza son compartidos por la balanza de pagos y las estadísticas públicas y financieras. Por otra parte, está diseñado de modo tal que los agregados cuya medición propone participen en evaluaciones tan diversas como las cuentas detalladas de áreas específicas: las cuentas satélites para el análisis de funciones específicas, diferentes enfoques de fenómenos complejos, etcétera. Por lo demás, fue dentro de este espíritu que la reciente revisión propuso un capítulo dedicado de manera específica a la economía informal (capítulo 25: Aspectos informales de la economía).6
1.2 OIT y SCN: definiciones y convergencias
La OIT definió la economía informal en dos etapas: el sector informal en 1993 y el empleo informal en el 2003. Es la agrupación de estos dos aspectos que generó la expresión economía informal, usada por el SCN, sin que fuera una propuesta explicita por parte de la OIT.
Por su parte, el SCN habló del sector informal en su versión 93, pero limitándose a mencionar la reciente decisión de la OIT. Es en el capítulo 25 de su versión 2008 que habla en forma profunda de la economía informal, y su articulación con los criterios de las cuentas nacionales, aceptando en su totalidad las definiciones propuestas por la OIT.
Conviene, sin embargo, mencionar una diferencia importante entre sus preocupaciones respectivas: por su lado, la OIT propone definiciones abiertas, dejando un gran grado de libertad a cada país para aplicarlas de forma local. El SCN requiere definiciones mucho más cerradas, por la necesidad de proponer una visión integrada en la totalidad de la economía nacional. No se trata de presentar aquí el detalle de estas definiciones, sino lo que se necesita para aproximar estas dos preocupaciones, en especial en lo que se relaciona con el sector informal.
Lo que menciona la OIT
El sector informal se caracteriza por los siguientes cuatro puntos:
• Bajo nivel de organización.
Son características de naturaleza socioeconómica cuya aplicación en el espacio estadístico depende mucho de la organización local de la producción (prácticas sociales, normas legales, exigencias administrativas, entre otras). Le toca, entonces, a cada país definir el espacio de la informalidad según criterios locales, los cuales pueden cambiar con el curso del tiempo.
Tomando en cuenta esta diversidad de situaciones, existen varios criterios para localizar el sector informal y ubicarlo en su entorno:
Por motivos prácticos, varios países excluyen del sector informal las actividades que las encuestas a la economía informal no pueden alcanzar (como la agricultura, la pesca o las zonas rurales); no es un motivo para que no se midan dentro de las cuentas nacionales por lo que conviene, entonces, caracterizar la informalidad en estas actividades.
Lo que requieren las cuentas nacionales
Para el contador nacional, buscar fronteras es una necesidad con el fin de establecer las particiones de la economía en subconjuntos coherentes, tanto del punto de vista estadístico como económico. En la práctica, el SCN está organizado según diversos universos económicos: unidades institucionales y productivas (establecimientos), actividades económicas, productos, transacciones y activos. Cada uno de ellos está estructurado por medio de clasificaciones.
Dentro de esta lógica, el SCN no propone una partición orientada en específico a la informalidad (establecimientos del sector informal o los empleos informales) por lo que el único universo dedicado a los establecimientos es aquél de las actividades económicas.
Por este motivo, no hay espacio previsto para la informalidad; el concepto de economía informal no es congruente con las categorías usadas en el marco central, pues no entra en ninguna de las clasificaciones propuestas en el SCN (las cuales son todas divisiones de objetos homogéneos: industrias, productos, transacciones, unidades institucionales, etcétera).
Sector informal y economía no registrada
En su capítulo 25, el SCN asocia economía informal y economía no registrada. Es cierto que le cuesta a la estadística acceder al conocimiento de la informalidad, pero no se puede tratar a la economía no registrada como parte del fenómeno de la informalidad ni como un fenómeno que se limita a la producción de mercado.
El no registro es un concepto estadístico, en cuanto la informalidad pertenece al espacio socioeconómico. Existen zonas de sombra tanto para las unidades formales como para la economía informal y hay, también, zonas obscuras (negras): subdeclaración de las unidades formales, economía subterránea y actividades ilegales. Por otro lado, el no registro se encuentra también en la circulación de los productos (contrabando), la redistribución de los ingresos (remuneración del capital, remesas y evasión fiscal, por ejemplo), así como la gestión del patrimonio.
1.3 Economía informal en el marco central del SCN
Es cierto que el marco central no propone un lugar para una medición específica de la economía informal, sin embargo, su elaboración correcta necesita que se tome en cuenta este fenómeno dentro de las evaluaciones propuestas. Conviene, entonces, localizar con precisión dónde se encuentra lo que corresponde a la informalidad, paso preliminar a su medición específica.
El lugar del sector informal
Desde el punto de vista de las cuentas nacionales, el sector informal agrupa establecimientos; más específicamente, establecimientos de mercado perteneciendo a hogares. Es lo que corresponde, en el SCN, a las unidades de producción mencionadas en la definición de la OIT.
El SCN explicita:
“El término sector en la frase sector informal no tiene la misma connotación que ella tiene a lo largo del SCN. En el SCN, los sectores se componen de unidades institucionales completas; en el contexto del sector informal sólo las actividades productivas están implicadas…” (25,48).
Producción de mercado
El campo de la producción se extiende a toda la creación de valor mediante la utilización de factores de producción socialmente organizados: el trabajo, cuando es proporcionado por la fuerza de trabajo empleada (definida por la OIT), y/o activos físicos producidos (lo que explica la producción doméstica de un servicio imputado de alquiler de viviendas por la ocupación de la vivienda que poseen). Esta producción es de mercado cuando se vende a un precio significativo de forma económica.
Anotamos que los establecimientos pertenecientes a los hogares no son todos informales; algunos, de gran tamaño, podrían considerarse como cuasisociedades, pero existen países donde otros, más pequeños, cumplen con todos los requisitos de la economía formal.
Agentes económicos
En el SCN, las unidades de producción se llaman establecimientos; pueden ser o no de mercado, según la importancia respectiva de estos dos criterios. Existen, por otro lado, las unidades institucionales, personas jurídicas (con contabilidad propia) y personas físicas reunidas dentro de los hogares.
Sin embargo, algunas unidades de producción pertenecientes a los hogares pueden considerarse como sociedades (las llaman cuasisociedades) y tienen que cumplir con dos condiciones (SCN 4.42):
• Ser gestionada a la manera de una sociedad (autonomía total en relación con el hogar); en la práctica, significa que el dueño actúa como si fuera accionista.
En las cuentas
Como establecimiento, una unidad de producción informal participa en las cuentas elaboradas desde el punto de vista de las industrias: cuenta de producción y cuenta de generación del ingreso (ver cuadro 1). Existe, entonces, la posibilidad de elaborar y presentarlas sólo para el sector informal, discriminándolas por actividades económicas.
Cuadro 1
Estas cuentas se elaboran por actividad, por lo cual se pueden aislar como:
-Los servicios de vivienda por cuenta propia.
Lo anterior sabiendo que estos productos no de mercado son excluidos del sector informal.
Empleo informal
La OIT propone el cuadro 2 para localizar el empleo informal dentro de los criterios de las cuentas nacionales.
Cuadro 2
Con esto, la correspondencia con el SCN es bastante fácil; se notará, sin embargo, que el SCN no propone una codificación de los empleos.
Economía informal y sector institucional de los hogares
En las cuentas de los sectores institucionales, la economía informal no puede tener un lugar específico. Existen sólo algunas transacciones donde se sabe que intervienen flujos asociados a la economía informal: las que pertenecen también a las cuentas por industrias ya mencionadas más arriba, la formación bruta de capital fijo (FBCF), así como las existencias y sus variaciones.
Formación de capital
Para su funcionamiento, un establecimiento necesita, generalmente, un local y/o algunas máquinas.
Puede tener también existencias de materias primas, productos acabados y/o mercaderías para la venta. Su adquisición pertenece a la cuenta de capital del hogar del cual depende el establecimiento; su stock pertenece a la cuenta de acumulación del mismo hogar.
Los ingresos
Para los hogares que intervienen en la economía informal, los ingresos asociados no representan sino una parte de lo que reciben. Éstos están presentes en los siguientes agregados:
Las personas y el hogar
Las cuentas nacionales no consideran a las personas como unidad institucional, sino el hogar al cual pertenecen. Dentro de un mismo hogar, no todos los individuos se encuentran en la misma situación, pues aquí conviven empresarios, asalariados (formal y/o informal), trabajadores por cuenta propia o personas inactivas; una misma persona puede tener varios empleos con distintas características. A pesar de esta diversidad, las cuentas nacionales no diferencian, dentro del hogar, las situaciones individuales ni las transacciones específicas de cada uno de sus miembros.
2. Contribución de las cuentas nacionales a la medición de la economía informal
Las encuestas aportan a la economía informal una contribución esencial a la medición de este fenómeno. Dentro de las distintas opciones, se consideran ahora como más eficientes las que están dirigidas de manera directa a los hogares a partir de una encuesta al empleo (se habla de encuestas 1-2-3), pero no se debe ignorar que éstas no pueden alcanzar la totalidad de la informalidad pues los que declaran pueden subestimar sus ingresos, es posible que exista una falta de cobertura (agricultura, zonas rurales, etc.) y hay unidades informales que prefieren quedarse en la clandestinidad (parte subterránea7 de la informalidad). Además, la medición propuesta por las encuestas no permite su integración con el resto de la economía nacional.
Por todos estos motivos, las cuentas nacionales podrían tener un aporte estratégico para completar la información proporcionada por las encuestas, pero pocas veces existen ejemplos de países donde se realiza una contribución de este tipo, con datos homogéneos y con atención específica a la informalidad.8
Se podrían mencionar varios motivos para explicar las razones por las cuales no se alcanza una convergencia de interés entre contadores nacionales y estadísticos del trabajo.
Por el lado de los contadores nacionales hay ignorancia de los conceptos asociados a la economía informal, existe confusión entre medición de la economía informal y el non observado por la estadística y están los limites propios de las encuestas a la economía informal.
Pero también por el lado de los estadísticos se presenta una práctica discutible: la yuxtaposición de datos no homogéneos entre ellos, así como una cierta ignorancia de los métodos más avanzados usados para elaborar las cuentas nacionales —incluso sobre la documentación emitida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1993, el Grupo de Delhi o el trabajo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) acerca de la economía no registrada—.9
2.1 Objetivos de una estrategia compartida
Se trata de encontrar las condiciones de una medición mejor y más completa de la economía informal (sector y empleo), medida articulada con el resto de la economía y con los grandes agregados de las cuentas nacionales.
Además, y si es posible, que tal medición dé una visión más detallada y diversificada del fenómeno de la informalidad, aprovechando el marco de una cuenta satélite.
Para cumplir con estos propósitos, conviene tomar en cuenta los siguientes puntos clave:
• Es preferible que la información básica sobre la informalidad venga de una encuesta de tipo 1-2-3 articulada con una encuesta amplia al empleo.
• Las técnicas específicas para la elaboración de las cuentas nacionales permiten, a la vez, aislar el empleo informal y el sector informal y explorar sus zonas de sombra.
• Los agregados de las cuentas nacionales no permiten una medición detallada de la informalidad; conviene completarla mediante una cuenta satélite alimentada por las mismas encuestas.
2.2 Límites de las encuestas a la economía informal
No todo es medible por la estadística y no todo lo que es medible es medido. En relación con el conjunto de magnitudes económicas previstas por el sistema de contabilidad nacional, algunas de ellas están mal medidas por la estadística o, incluso, no son medidas en absoluto. Las causas de esta falta de registro estadístico son diversas, entre ellas:
• La estadística representa un costo; por insuficiencia de medios, cada país hace opciones y algunos ámbitos quedan en barbecho.
• Allí donde se realiza la recolección estadística se establece una referencia a una población teórica para encuestar, pero algunos individuos pueden escapar a la encuesta, lo cual se traduce en una cobertura insuficiente.
• No basta que un individuo sea interrogado, también es necesario que la información obtenida sea exacta pero, muchas veces, se constatan sesgos en las respuestas obtenidas.
• Finalmente, existen fenómenos que siguen siendo inaccesibles, sea por falta de un método apropiado o de recursos o por la propia naturaleza de los objetos a medir (el fraude fiscal o la producción de drogas, por ejemplo). Cualesquiera que sean los motivos de este no registro, es necesario establecer su inventario.
En relación con las estadísticas sobre la economía informal, son notables los avances que se realizaron estos últimos años, en especial a través de las encuestas dirigidas a los hogares, pero eso no significa que no haya todavía espacios de sombra (lo cual no está bien conocido) o de obscuridad (lo que se revela inaccesible al estadístico).
Los desafíos del contador nacional son superar las discrepancias encontradas, medir las zonas de sombra y proponer una estimación por las áreas obscuras (negras). Existe, además, otro reto: detectar las zonas encuestadas más de una vez con el fin de evitar dobles recuentos.
Un inventario de los límites que encuentra una encuesta a los hogares de tipo 1-2-3 revela los siguientes puntos:
Cobertura
• Territorial. Son pocos los países que tienen los medios necesarios para acceder a todo el territorio nacional; algunos se limitan a las principales zonas urbanas y otros ignoran parte de las zonas rurales o usan para ellas una muestra reducida.
• Temporal. La periodicidad de la encuesta varía mucho de un país a otro; un ritmo anual representa un mínimo si se quiere seguir la evolución temporal del fenómeno, pero existen también variaciones estacionales que necesitan una periodicidad infraanual para que se conozcan.
• Actividades ignoradas. Las encuestas a los hogares permiten detectar las actividades que no necesitan un local para su práctica pero ignoran, en general, las agrícolas y afines, la pesca, la pequeña minería, entre otras.
• Informal subterráneo. No se consigue información por parte de los empresarios informales cuando su actividad está perseguida por las autoridades públicas, según un contexto que difiere mucho de un país a otro. En este caso, se trata de informal subterráneo, a diferencia del informal asumido, cuando no existe riesgo de reconocerlo.
• Actividades ilegales: Se trata de la ilegalidad penal, en función de las leyes locales (droga, apuesta y prostitución, por ejemplo). El soborno como tal no se considera producción de mercado, pero sí el intermediario que permite su realización. Queda por decidir si estas actividades ilegales pertenecen o no a la informalidad.
Subdeclaración
Este fenómeno existe en todas las encuestas, por ejemplo, hay estudios conocidos que evalúan una subdeclaración significativa del consumo final por parte de los hogares en las encuestas sobre condiciones de vida (una del orden de 15%, la cual no aparece anormal). De la misma forma, se presenta una subestimación de los ingresos en las declaraciones fiscales; los servicios responsables por la recaudación fiscal pueden proporcionar hipótesis de la tasa de evasión. El fenómeno existe, también, por parte de los empresarios informales, en especial en lo que se refiere a sus ingresos mixtos, pero hay pocos estudios para evaluarlo (podría ser de 20% o tal vez más).
Riesgo de doble recuento
Se revela complejo tener un buen conocimiento del universo de la producción nacional y/o de las unidades que realizan esta producción. Algunos países disponen de directorios, pero ellos se limitan, en general, a las unidades formales o a aquellas que son conocidas por la administración fiscal, o sea, un directorio no sirve para conocer la población de las unidades de producción informales. Entonces, hay otra vía para delimitar este universo: por medio de la población activa o, más bien, por los empleos que esta población declara (vía las encuestas al empleo).
Conviene entonces asociar estos empleos a las unidades donde trabajan y los datos económicos de aquellas unidades. Una parte proviene de la misma encuesta a la informalidad, vinculada a la de los empleos y otra proviene de las encuestas (o censos) económicas. Desafortunadamente, casi nunca se diseñan estas encuestas para detectar las unidades que faltarían o aquellas que declaran de los dos lados.
La gráfica 1 muestra los distintos subespacios que pueden existir. Conviene, en cada país, posicionar las encuestas en relación con esta situación. Se propone hablar de la elaboración de una cartografía de las estadísticas en relación con el universo de los empleos conocidos.
Gráfica 1
2.3 Contribución de las cuentas nacionales
La principal preocupación del contador nacional es la medición (completa, exhaustiva, a pesar de las insuficiencias estadísticas y de las discrepancias que no faltan de presentar entre ellas) del conjunto de la economía nacional y su desglose según las clasificaciones propuestas por el marco central. Superar estas contradicciones y proporcionar evaluaciones cuando falta información básica implica el dominio de un trabajo específico, que puede resumirse en una palabra clave: arbitraje (o conciliación).
Este término es central en el vocabulario del contador nacional, pues conciliar significa que se reclama el derecho a cuestionar datos estadísticos a priori irreprochables, basados en un razonamiento cuyos fundamentos lógicos no son de la misma naturaleza y sin que un margen de error pueda asociársele. Contra las críticas que por lo general se presentan, no está de más destacar todo el oficio que requieren esas decisiones.
Para resolver estas contradicciones, no se puede sólo utilizar procedimientos matemáticos (como promedios, proporciones u otras formas que se consideren más apropiadas), ya que cualquier discrepancia significativa entre los datos estadísticos es la manifestación de la existencia de una información adicional que hay que descubrir; en otras palabras, el arbitraje no es, en ningún caso, una simple decisión de naturaleza algorítmica: sólo después de interpretar la discrepancia existente es posible proponer los tratamientos adecuados para reducirla o eliminarla.
Pero la contraparte de este trabajo y de las metodologías específicas que se usan para llevarlo a cabo es la posibilidad de ofrecer una medición más completa de la economía informal y su integración dentro del resto de la economía nacional.
De manera más concreta: ofrece una evaluación de las zonas de sombra de las encuestas, permite una visión integrada de la informalidad en relación con el resto de la economía nacional y abre paso a un análisis más detallado de este fenómeno dentro de una cuenta satélite.
Para visualizar lo que se propone como estrategia compartida, ver gráfica 2.
Gráfica 2
La encuesta a los empleos y su fase 2 al sector informal representan un material esencial para la medición del conjunto de la economía nacional y para medir las partes obscuras de la informalidad que escapa a las encuestas: falta de cobertura y subdeclaración. Una vez finalizado el trabajo del marco central se puede, entonces, elaborar la cuenta satélite de la informalidad. El marco central proporciona sus evaluaciones, tanto lo relacionado con la informalidad como otros elementos que permiten ubicarla en su entorno; se busca en las encuestas todo lo que permite diversificar la comprensión de este fenómeno.
Dependiendo del contexto local (fuentes disponibles, metodologías usadas, clasificaciones propuestas, etc.), la medición de la economía informal (sector y empleo) se puede diferenciar directamente dentro del marco central, pero no siempre existen las condiciones para realizarlo; en este caso, conviene realizar un trabajo posterior para extraer lo que corresponde a la sola informalidad.
Ahora bien, cualquiera que sea la situación local, los contadores nacionales no pueden ofrecer sino una medición de lo que pertenece al marco central: cuentas de producción y de generación del ingreso por actividades económicas, la formación de capital y una matriz de los empleos por actividad según la presentación propuesta por la OIT.
3. Conclusiones
La demanda por acceder a una mejor información macroeconómica de la informalidad merece toda la atención de los profesionales encargados de producirla: los estadísticos y los contadores nacionales; sin embargo, la convergencia entre ellos no está todavía muy avanzada, pues los segundos se atrasaron en considerar el fenómeno dentro de sus preocupaciones; por su lado, los estadísticos ignoran todavía el aporte que podría proporcionar una buena medición de la informalidad dentro de la elaboración de las cuentas nacionales.
Se necesita, entonces, avanzar en la dirección de una colaboración entre las dos especialidades, tanto por medio de investigaciones a promover a nivel internacional como a través de trabajos experimentales y a la iniciativa de países que quieran invertir en eso. En el contexto mundial se trata de formalizar los conceptos compartidos, elaborar un esquema de cuenta satélite y promover metodologías eficientes para alcanzar las mediciones esperadas, pero estas investigaciones necesitan apoyarse en las experiencias y resultados alcanzados por equipos de terreno, y vale la pena insistir en eso: sólo un trabajo interactivo entre las dos especialidades permitirá los avances esperados.
Sin pretender llegar a la exhaustividad, se pueden mencionar seis ámbitos de investigación en cuentas nacionales en la producción estadística, que abren perspectivas para promover una mejor medición de la informalidad:
• Matriz de los empleos. Apoyándose en la matriz propuesta por la OIT, se trata de abrirla por actividad económica. Con ella, se pueden generar varios papeles estratégicos: alcanzar el universo de la producción por medio del factor de producción mejor conocido, a través de la declaración de los mismos trabajadores; servir de marco de referencia para establecer las coberturas respectivas de las diversas fuentes estadísticas que informan sobre la producción; medir el empleo informal y localizar las unidades de producción del sector informal vía sus empleos.
• Cuentas diferenciadas de producción y de generación del ingreso por industria (rama). Según la organización de la producción, y en función de las fuentes disponibles, existen diversos tipos de establecimientos; una unidad informal no funciona como un gran establecimiento formal y la producción de no mercado de los hogares tiene, también, características distintas. Conviene, entonces, para elaborar estas cuentas, tener herramientas diferenciadas, lo que algunos llaman modos de producción. Permite, además, en el curso del tiempo, introducir evoluciones distintas según cada modo. Y con esta opción, se podría reservar una forma de producción específica para el sector informal.
• Un proceso iterativo de convergencia para una mejor medición de las zonas de sombra. Esto no se puede conseguir por simple saldo entre transacciones conocidas, incluso porque pueden existir varias posiciones incógnitas en la misma ecuación contable. Además, cada posición de sombra merece un control de calidad específico. Para trabajar en estas condiciones, no basta realizar una mera yuxtaposición de las tres vertientes del PIB (oferta, demanda y repartición del ingreso). Un proceso iterativo de convergencia permite la confrontación entre todos los arbitrajes a producir.
• Imaginar una cuenta satélite flexible para satisfacer la diversidad de las demandas. Una cuenta satélite de la informalidad necesita, a la vez, un marco de referencia aceptado a nivel internacional y una gran flexibilidad de adaptación tanto al contexto socioeconómico de cada país como a las necesidades de información de sus actores sociopolíticos.
• Necesidades estadísticas. Todos los avances propuestos para asociar las cuentas nacionales a la medición de la informalidad conllevan nuevas demandas estadísticas tanto para adaptar las encuestas existentes como para emprender nuevas investigaciones.
• Organizar la articulación entre las dos especialidades. Existe la necesidad de organizar la unión entre producción estadística y cuentas nacionales. En esto hay un desafío esencial: organizar una articulación entre las diversas fuentes disponibles con el fin de garantizar su complementariedad (en especial en materia de cobertura) y de superar (o por lo menos interpretar) las inevitables discrepancias que aparecen entre ellas.
1 15ª Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo. Ginebra, 19-28 de enero de 1993 y 17ª Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo. Ginebra, 24 de noviembre-3 de diciembre de 2003.
2 Nótese una divergencia semántica: la fórmula economía informal fue propuesta por los contadores nacionales para agrupar los dos conceptos introducidos por los estadísticos del trabajo: sector informal y empleo informal; estos últimos prefieren evitar su utilización.
3 System of National Accounts 2008. Ed. European Commission, International Monetary Fund, Organization for Economic Cooperation and Development, United Nations, World Bank.
4 Ver el capítulo 29 de este documento y la mención de la cuenta satélite de la informalidad, en su párrafo 29.86: “El tratamiento de las IPSFL en el capítulo 23 y el sector informal en el capítulo 25 son claramente cuentas satélites”.
5 Esta modernización se describe en el manual Sistema de Cuentas Nacionales de 1993. La revisión publicada en fecha reciente (Sistema de Cuentas Nacionales 2008) es su prolongación y actualización.
6 Sistema de Cuentas Nacionales 2008.
7 La economía subterránea también está presente en la formal (se trata de evasión fiscal) y en la ilegal (droga o violencia).
8 México propuso una cuenta satélite del sector informal entre 1993 y el 2002; Perú está preparándolo dentro de su nueva base de cuentas (2007).
9 OCDE/FMI/OIT/CIS STAT. Medición de la economía no observada. Un Manual. 2002.