Historia… lecciones prácticas y morales

Castañeda Garza, Diego. Pandenomics: una introducción a la historia económica de las grandes pandemias. México, Malpaís-UNAM, 2021, 144 pp.

 

Reseña

Diego Castañeda Garza*

 
 Vol. 12, Núm. 2 EPUB                                    Historia… lecciones prácticas y morales EPUB

RDE34_art06_img00

La historia es un lugar de aprendizaje, decía Agnes Heller (1985).[1] Es el sitio natural para buscar experiencias que ayuden a entender nuestro presente y, en alguna medida, nuestro futuro. Las sociedades cambian, pero por lo general lo hacen de manera gradual, las rupturas drásticas son sucesos esporádicos; por ello, la creencia de que al final es difícil encontrar un mejor predictor del mundo de hoy que el de ayer. Esto hace a la historia siempre un asunto sorprendentemente contemporáneo;[2] no obstante, el truco es no caer en anacronismos, no imponer a los ojos del presente juicios del pasado.

Pandenomics es un libro que busca mirar al presente y al futuro a la luz del pasado, mantener viva la historia para aprender de ella, volverla una fuente de relatos prácticos y morales, pues ahí existen pistas sobre nuestros aciertos y errores al enfrentar fenómenos como la pandemia que hoy vivimos. E. H. Carr, el famoso historiador y padre del realismo en las relaciones internacionales, describe el trabajo histórico como “… buscar lo que hay de general en lo único…”.[3] La historia económica no es muy distinta; en ella se busca explicar cómo ciertos sucesos han guiado la trayectoria de desarrollo de las sociedades y qué de todo eso es general y qué tanto, específico. En esta obra, lo que busco hacer es servir como una breve introducción a los grandes debates de la disciplina desde el punto de vista de las enfermedades infecciosas que le han dado forma a nuestras sociedades modernas.

Pandenomics no es un libro donde se busque descubrir el agua tibia, es uno fundamentalmente de divulgación, pero que no pierde de vista al pasado como fuente de lecciones para el presente. La historia de las enfermedades infecciosas está relacionada de forma estrecha con el desarrollo de las sociedades. Es parte inseparable de nuestras transiciones demográficas, está vinculada con las grandes y pequeñas divergencias, con el surgimiento de ideas que crearon el mundo moderno (como la teoría microbiana de la enfermedad, la salud pública y las enormes ganancias en productividad y longevidad), que aparecieron como un subproducto de la lucha contra estas enfermedades.

El libro recorre distintas pandemias de nuestra historia, desde las plagas del mundo romano, la Antonina y la de Cipriano, pasa por las de la Edad Media, como la muerte negra, y las de la Revolución Industrial, el cólera y la influenza de 1918-1920 y llega, finalmente, a la pandemia que nos ha tocado vivir, la del COVID-19. En cada caso que exploro, busco describir el contexto social, político y económico del momento, las condiciones en las que surge la enfermedad, cómo se transmite, qué acciones por parte de la sociedad o de los gobiernos sucedieron y las consecuencias positivas o negativas en su momento.

Las plagas del mundo antiguo (capítulos 1 y 2) tuvieron los clásicos efectos malthusianos, colapsos en las poblaciones que cambiaron la relación salario-renta en la economía y, con ello, provocaron cambios distributivos, disminuciones en la desigualdad en el corto plazo y rápidos regresos al status quo conforme el mundo volvía a la normalidad; incluso, fueron causas de fuertes choques económicos como la que es, quizá, la primera crisis financiera ocasionada por pérdida de confianza en la población y de mucha inestabilidad política. En el Medioevo y Renacimiento se discute la muerte negra (capítulo 3) desde la óptica del surgimiento de mercados de factores y la transición del mundo feudal al del capitalismo agrario; este periodo está lleno de lecciones valiosas para el presente. Contrario a lo que a veces se piensa, una pandemia no es igual en todas partes: sus efectos son diferenciados en la medida en que las sociedades reaccionan de forma diferente.

En las ciudades italianas, las olas recurrentes de peste bubónica durante la muerte negra (siglo XIV) y subsecuentes redujeron la desigualdad. Walter Scheidel (2017),[4] Guido Alfani (2015)[5] y Sevket Pamuk (2007)[6] aseguran que, antes del siglo XIX, el único fenómeno igualador fue esta pandemia. Pero también tuvo un severo efecto demográfico que aceleró el declive del sur de Europa al provocar reacciones políticas y cambios institucionales que los debilitaron. Con ello, ayudó a producir la llamada pequeña divergencia, en la que el poder económico se movió del Mediterráneo a los países del norte de Europa. Naciones como Holanda o Inglaterra salieron de las mismas pandemias de peste bubónica fortalecidas, sus instituciones evolucionaron; las ciudades españolas y las italianas solo vieron el inicio de un largo declive conforme sus instituciones, las que les permitían tener grandes mercados de factores (crédito, trabajo asalariado, mercado de tierras) involucionaron.

Esta diferencia de resultados nos debe hablar directamente al presente, porque estamos observando algo parecido. Países que han respondido mejor y controlado al COVID-19 están saliendo fortalecidos, sus economías declinaron menos durante la crisis, y aquellos que han hecho un peor trabajo han sufrido consecuencias que quizá los dejen debilitados. La lección —que es evidente del pasado y relevante hoy— es que los gobiernos y las instituciones importan; la estructura económica y las dinámicas políticas en una sociedad hacen que cada país tenga una pandemia hecha a su medida.

El Renacimiento vio el origen de muchas de las medidas de salud pública que usamos hoy en día: las cuarentenas se institucionalizaron por primera vez en la región italiana de Emilia-Romana en 1374; se crearon los cordones sanitarios y los consejos de salubridad; nacieron redes de lazaretos para aislar enfermos, la distancia social y los protocolos para lidiar con navíos que pudieran venir de zonas infectadas. Estas medidas tomaron dos siglos en generalizarse por Europa y, en la actualidad, 700 años después, siguen estando en nuestro repertorio.

Pandenomics, también, es un libro que busca hacernos pensar en los costos futuros de estas tragedias y los beneficios de las intervenciones correctas de los Estados. Los costos no siempre son solo los inmediatos; los empleos perdidos y la actividad económica que se detiene la mayoría de las veces son invisibles hasta mucho tiempo después. Ejemplos de ello son el cólera del siglo XIX (capítulo 5) y la influenza de 1918-1920 (capítulo 6).

El cólera fue una enfermedad que se volvió pandemia con la primera globalización; se movió con el comercio del siglo XIX y causó sus estragos más fuertes con la insalubridad que caracterizaba a las ciudades del mundo de la Revolución Industrial. Fue el análisis de un médico en Londres, John Snow (1955),[7] sobre cómo las personas enfermaban cerca de fuentes de agua el que llevó a la conclusión de las autoridades a decidir que debían invertir en agua potable y drenajes. Esas observaciones fueron la base para la teoría microbiana de la enfermedad de Louis Pasteur en 1860 y su demostración en laboratorio por Robert Koch en 1883 con las que se extendieron la expectativa de vida y la productividad hacia la primera mitad del siglo XX.

En el lado negativo, esos costos invisibles son las morbilidades y las pérdidas de capital humano. La influenza de 1918-1920 es un escenario ideal para verlas, pues la riqueza en estadísticas históricas en algunos países como Suecia, Dinamarca y Estados Unidos de América permiten hacer mediciones. De aquella pandemia sabemos que los niños que nacieron en ese periodo sufrieron consecuencias negativas a lo largo de su vida (Helgertz & Bengtsson, 2019):[8] la madre, al contraer la enfermedad durante el embarazo, provocó insultos[9] en su periodo de gestación y, con ello, cicatrización[10] en su organismo (Quaranta, 2013)[11] que terminarían por disminuir sus expectativas de vida, aumentar el número de visitas al hospital y a tener menores ingresos económicos. En el caso sueco, como muestran Karlsson, Nilsson y Pichler (2014),[12] cada muerte causada por la influenza incrementó, de manera adicional, en cuatro el número de personas en pobreza y, además, aquellas en esta situación sufrieron los peores efectos. El mecanismo de ese aumento en parte fue por la muerte de quienes tenían dependientes económicos y que, al dejarlos solos, no pudieron compensar la pérdida de sustento. De ejemplos como este está llena la historia del mundo. Todas las enfermedades infecciosas tienen efectos distributivos; es el estatus socioeconómico de las personas el que opera como mediador de sus efectos (Phelan, Link & Tehranifar),[13] los individuos más ricos escapan más fácilmente y los más pobres sufren el impacto de lleno.

Esta evidencia de hace un siglo debería llevarnos a pensar el presente con mucho cuidado. Hoy, ponemos mucha atención en aspectos económicos, como la contracción de la economía, la pérdida de empleos y el cierre de empresas; estos costos son muy importantes y visibles; no obstante, son los invisibles los que, a la larga, nos deberían importar más, por ejemplo: la huella de pobreza (que puede tomar mucho tiempo borrar), los efectos de largo plazo en salud que tengan aquellos que sobrevivieron a la enfermedad con secuelas y los costos de productividad de lo anterior más los del cierre de escuelas y el efecto desproporcionado sobre la participación laboral de las mujeres. Lamentablemente, solo los conoceremos a cabalidad con el paso del tiempo.

Por último, Pandenomics busca reivindicar la importancia del Estado y de la vida pública. Los gobiernos nunca son neutrales en estas situaciones: pueden hacer las cosas mejores o peores. El ambiente político es fundamental, el conflicto social, la división y la falta de unidad nacional, en general, dificultan la coordinación, hacen la implementación de medidas más difíciles y se vuelven una barrera para la comunicación efectiva.

Decía Esquilo que “… la verdad es la primera víctima de la guerra…” y México lo experimentó de primera mano durante la influenza de hace un siglo. La Revolución Mexicana agravó la pandemia de influenza y lo dificultó todo. Hoy, en el país y en el mundo (aunque no estemos en guerra) hemos visto cómo los costos de la falta de unidad nacional, el privilegiar la lógica política del momento sobre lo verdaderamente importante (combatir la enfermedad), también han producido sus costos.

Un aspecto adicional que Pandenomics busca resaltar es el valor de las estadísticas históricas. Poder rastrear nuestro pasado, así como cuantificar todo lo que sea posible, nos da un panorama distinto y abre un abanico de oportunidades para entendernos mejor. Introducirnos al mundo de la historia económica desde la óptica de las enfermedades infecciosas que le han dado forma a nuestro mundo, resaltar que la historia está llena de lecciones prácticas y morales y que nos beneficiamos enormemente de aprender de ellas es algo que, si evita repetir los errores del pasado, habrá logrado uno de los objetivos del libro. La historia no se repite, pero es una buena guía para pensar. No solo nos da más datos y, con ello, mayor oportunidad de variación en nuestros análisis, también otorga un contexto sin el cual sería muy difícil entender el presente.

La pandemia de COVID-19 tiene muchos aspectos únicos: ha producido el experimento de acción colectiva más grande de la historia, es decir, los confinamientos masivos y la velocidad de su transmisión; pero, también, ha traído de vuelta muchas cosas que siempre han estado presentes en la experiencia humana: la incertidumbre frente a una enfermedad que entendemos poco, el terror de la pérdida masiva de vidas y las que siguen siendo nuestras mejores herramientas para enfrentarlas: los confinamientos, la distancia social, las medidas profilácticas como el lavado de manos, las vacunas y las disciplinas científicas que estudian estos fenómenos; todas desarrolladas en los últimos siete siglos.

Jutta Bolt, al iniciar su clase de análisis del cambio económico, dice que “… la historia es la roca contra la que las teorías económicas se quiebran o sobreviven…”; también, es el espejo frente al que podemos revisar nuestras sociedades, aprender de nuestros aciertos y, más importante aún, de nuestros errores. Este par de ideas (la roca y el espejo) constituyen el espíritu de Pandenomics. Es una introducción amigable a la historia económica de las pandemias que, de manera simultánea, busca la divulgación para ponerle contexto a lo que vivimos y la reflexión para aprender de nuestra experiencia y, de esta forma, estar listos para las pandemias que, con seguridad, el futuro traerá.

 

* Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, cgdiego@tec.mx

[1] Heller, A. Teoría de la historia. Madrid, España, Fontamara, 1985.

[2] Benedetto Croce en su Teoria e storia della storiografia decía que “… toda investigación sobre el pasado es contemporánea…”.

[3] Carr, E. H. What is History. Londres, Reino Unido, Vintage, 1967, pp. 28, 55 y 103.

[4] Scheidel. W. The Great Leveler: Violence and the History of Inequality from the Stone Age to the Twenty-First Century. Princeton, USA, Princeton University Press, 2017.

[5] Alfani, G. “Economic inequality in northwestern Italy: a long-term view (fourteenth to eighteenth centuries)” en: Journal of Economic History. Vol. 75. 2015, pp. 1058-1096.

[6] Pamuk, S. “The Black Death and the origins of the ‘great divergence’ across Europe, 1300-1600”, en: European Review of Economic History. Vol. 11. 2007, pp. 289-317.

[7] Snow, J. On The Mode of Communication of Cholera. London, England, John Churchill, 1855.

[8] Helgertz, J. & T. Bengtsson. “The Long-Lasting Influenza: The Impact of Fetal Stress During the 1918 Influenza Pandemic on Socioeconomic Attainment and Health in Sweden, 1968-2012”, en: Demography. Vol. 56. 2019, pp. 1389-1425.

[9] Se refiere a las condiciones nutricionales o enfermedades que afectan al producto durante el embarazo y generan impactos en la salud del recién nacido.

[10] Hace referencia a los impactos de largo plazo que una carga de enfermedades infecciosas o problemas nutricionales dejan en el organismo de las personas. La cicatrización suele ser el resultado de insultos durante el embarazo o de cargas de enfermedad y malnutrición durante la infancia.

[11] Quaranta, L. Scarred for life. How conditions in early life affect socioeconomic status, reproduction and mortality in southern Sweden, 1813-1968. Lund, Sweden, Lund University, Media-Tryck, 2013.

[12] Karlsson, M., T. Nilsson & S. Pichler. “The impact of the 1918 Spanish flu epidemic on economic performance in Sweden. An investigation into the consequences of an extraordinary mortality shock”, en: Journal of Health Economics. Vol. 36. 2014, pp. 1-19.

[13] Phelan, J. C., B. G. Link & P. Tehranifar. “Social conditions as fundamental causes of health inequalities: theory, evidence, and policy implications”, en: Journal of Health and Social Behavior. Vol. 51. 2010, pp. S28-S40.

Diego Castañeda Garza

Autor

De nacionalidad mexicana. Es licenciado en Economía y Desarrollo Internacional por la Universidad de Londres en Reino Unido y maestro en Historia Económica por la Universidad de Lund en Suecia y candidato a doctor en Historia Económica por la Universidad de Uppsala en ese mismo país. Es director del clúster de economía, finanzas y desarrollo internacional en Agenda for International Development (A-ID); coordinador del grupo de trabajo de historia económica del Young Scholar Initiative del INET; y profesor de economía y desarrollo sostenible en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, campus Santa Fe.


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *